domingo, 2 de agosto de 2009

ESCRITO POR UN AMIGO DE MI PUEBLO

Por: Miguel de Jesus

Dejando la Ciudad Corazón, ha bordo del vehiculo de Albert Marte (Director de la Emisora Disco 89) y en compañía del Ingeniero José Ozoria y el Locutor Manuel de Jesús Fabré (súper pana) desafiamos la noche y sus misterios.

El destino, “Gaspar Hernández”, llegamos para ser parte de la alegría colectiva de sus fiestas populares, saludamos a José Rafael Vargas Director del instituto de las Telecomunicaciones (INDOTEL) quien daba buenas nuevas.

Se comprometió a facilitar el asfaltado de las calles de ese municipio de la Provincia Espaillat, lo cual fue recibido con beneplácito, por la Sindica Fátima Ovalles, junto a Vargas estaba el Gobernador de la zona, Anibal Camacho.

Después de la formalidad de ese acto, Manuel Castro, Presidente de “GH Televisión canal 10”, nos puso en contacto con el calor de los gasparenses, hermosas caderas, rostros tiernos, miradas picaras, labios sonrientes y el encanto de las mujeres del lugar.

El ingeniero Rafael Soto, en calidad de Presidente del comité organizador, en su discurso, declaraba el inicio de las la fiestas, momento aprovechado por el animador, conocido como el Súper Pana, para hacer de las suyas.

Con la energía de los jóvenes dueños del mundo, subió a la tarima poniendo al público a vibrar y cuando logró llevarlo al punto de mayor excitación, antes de que ese orgasmo compartido llegara, presentó al Rey Tulile.

Comenzó el merengue a provocar movimientos en traseros de chicas que gozaban en completa libertad y en el centro del Caribe bañado por las aguas del Atlántico, la perla de la Costa Norte, Gaspar Hernández era testigo silente, de tal provocación femenina.

Al filo de la madrugada, cuando terminó lo que se daba en esa primera noche, el verde de las Cordilleras y la belleza de las Amapolas, quedaron en nuestras mentes, hoy la fiesta sigue en pleno Parque Central.

Los grupos populares desfilarán, para un pueblo bueno, que a 102 años de su designación como Municipio, de generación en generación su gente sigue siendo, solidaria, pura y con la dignidad que todo el oro del mundo no puede comprar